






"La Sacra di San Michele es un complejo arquitectónico colocado sobre el monte Pirchiriano, al inicio del Val di Susa. Está entre las ciudades de Sant'Ambrogio di Torino y Chiusa di San Michele. Es el monumento símbolo de la región del Piamonte. Reestructurado, su conservación está confiada a los padres rosminianos. Pertenece a la arquitectura románica y se construyó entre finales del siglo X y el siglo XI. Tiene algunos relieves del escultor italiano Niccolò.
La Sacra di San Michele gozaba del privilegio de abadía nullius, esto es, de la exención de la jurisdicción de un obispo, durante muchos siglos, cuando fue suprimida en el año 1803 durante el período napoleónico. En 1817 fue restablecida, pero perdió este privilegio secular y se incluyó dentro de la diócesis de Susa.
En la Sacra di san Michele se inicia el llamado «sentiero dei Franchi», recorrido excursionista de fama histórica que la une con la parte alta del valle."
Ademas es el lugar donde se rodo la pelicula "el nombre de la rosa"
Ya llevaba casi una semana sin salir a la montaña asique el martes aprovechando que hacia un día espectacular y que no tenía nada que hacer me fui a hacer un poco de turismo en coche, deje a Damián enfrascado en su bici y puse rumbo al Val di Susa.
Mi destino inicial era subir un paso de montaña que parecía bastante alto en el Parco natural de Orsiera y después pasar por un par de pueblecitos en los que no estaba seguro de si había una pequeña estación de esquí.
Con el mapa como copiloto llegue a la localidad de Meana di Susa y busque la subido al Col de la Finestra, hasta ese día desconocido para mí. En cuanto salí del pueblo la carretera comienza a subir sin piedad con unas rampas muy pronunciadas y curvas de 180 grados por dentro de un bosque espectacular, que si bien no dejaba disfrutar demasiado de las vistas merecía la pena ir poco a poco fijándote en cada detalle. Tras una primera parte de castaños y avellanos comenzaban a aparecer gran cantidad de robles y finalmente a partir de los 1300m aproximadamente pinos. Cuando llevaba unos 10 kilómetros iba pensando en lo bonito que me estaba pareciendo, quizás el puerto más bonito que había subido nunca y me acordaba de mis amigos ciclistas y de cómo disfrutarían sufriendo en cada una de estas curvas!
Al llegar a 1455m de altura hay un refugio y varios carteles de información del parque con su fauna, rutas y normas de comportamiento, pero además la carretera deja de estar asfaltada y se convierte en una pista, bastante bien conservada con un firme muy regular pero una pista. Viendo que en ningún sitio se prohibía la entrada de vehículos y tras haber hecho ya más de 10 kilómetros de curvas quería intentar llegar hasta arriba.
Cuando empieza la pista la pendiente disminuye un poco lo que se agradece y tras un rato por el bosque finalmente el terreno se abre para ver una zona de praderías y cabañas alpinas de madera además de bastante ganado. Al fondo ya podía divisar el collado. Las ultimas curvas son una sucesión de viras cerradísimas con la pista algo dañada pero viendo tan cerca el final del puerto seguí hacia arriba, un poco antes del final pare a disfrutar de las vistas, al parar note un ruido cerca del coche, entonces una marmota se levanto de entre la vegetación, me miro y salió corriendo cuesta abajo huyendo, tan rápido que no tuve tiempo de hacerla ni una foto.
Finalmente tras el encuentro con mi nueva amiga supere las ultimas curvas y llegue al Colle delle finestra, 2176m
Monumentos en el colle della finestra al Alpe D'huez y al Gavia
Desde arriba pude ver que la otra vertiente de la carretera hacia el valle de chisone estaba completamente asfaltada asique decidí que sería por allí por donde descendería mas tarde. En el collado hay una fuente un pequeño aparcamiento y varios monumentos, cuando me puse a leerlos me di cuenta que me encontraba en un puerto mítico en la historia del ciclismo! en la edición 88 del giro de Italia se ascendió este puerto siendo la primera vez que se ascendía un puerto sin asfaltar con la victoria final del italiano Di Luca, a quien se hacía mención en varios de los monumentos. Además de eso existe una pequeña área de descanso donde se recuerdan cada uno de los puertos de montaña más importantes de la historia del ciclismo con unas esculturas de roca y cristales cada uno, puertos como el Tourmalet, Gavia, Mortirolo o Stelvio entre otros estaban allí reflejados.
Val de Chisone
Cerca del collado, en dirección este se encuentra el Monte Francais Pelouxe, simplemente hay que subir por una pradera bastante “pindia” unos 400 metros de desnivel para alcanzar la cima asique me puse las botas y decidí darme un paseo. Cuando apenas me había separado 50 metros del coche dos cabecitas oscuras con sus pequeños cuernos a menos de 100m de donde yo estaba salieron de entre la vegetación y se quedaron mirándome, se trataba de dos rebecos y conforme me acercaba a ellos mas y mas, en total un grupo de unos 15 a menos de 200m de mi, como no quería molestarlos me limite a observarlos desde la distancia paseando cerca de ellos pero sin superar “su distancia de seguridad” tras un rato paseando junto a ellos me decidí a parar a comer el jamón serrano que Gema me ha traído desde España y a observarles cuando de repente un bramido retumbo en todo el bosque, y a los pocos instantes otro, sin haberlo hecho a posta me encontraba escuchando la berrea en mitad de los Alpes! A medida que fue pasando la tarde los bramidos fueron a más, increíble el poder estar en un paraje así disfrutando de la naturaleza junto al grupo de rebecos y escuchando a decenas de ciervos por todos los rincones del parque efectuar sus rituales amorosos.
Aunque se les oía mucho no conseguí ver ninguno asique me volví al coche para que la noche no me sorprendiera lejos de la civilización, cuando ya estaba empezando a marcharme en dirección al Val de Chisone, en la ladera situada al oeste del colle delle finestra vi que algo se movía, cogí los prismáticos y allí estaban, un venado enorme, seguramente el más grande que he visto nunca, rodeado por su grupo de 19 venadas berreando a unos 500m de mi.
Casi no acabábamos de volver de Punta Bassei cuando ya estábamos de nuevo saliendo de la gran ciudad de Torino en dirección a las montañas, esta vez la zona elegida era el paso de montaña del Col du Lys, que comunica los valles de Susa con el de Viu.
Esta vez íbamos por nuestra cuenta y nos acompañaban nuestros amigos Swag y Suipi, además de Damián y yo, a los que habíamos dado tanto la lata con las maravillas que habíamos visto el domingo en Bassei que tenían ganas de hacer una ruta con nosotros.
El día esplendido de nuevo y aunque no es un horario muy montañero a las 16:00 llegábamos al Col de Lys y empezamos a andar en dirección este por un sendero marcado con pinturas cada pocos metros, ganamos altura con facilidad por la divisoria de los dos valles por el bonito sendero intercalando zonas de bosque y vegetación con algunas zonas de roca disfrutando de unas vistas espectaculares con el Val de Susa atardeciendo entre una bruma que le daba un aurea algo místico a nuestra derecha y el Val di Viu, a nuestra izquierda, con el cielo completamente despejado y con sus montañas totalmente cubiertas por frondosos bosques. Detrás nuestro el Monte Civrani y el sol nos brindaban imágenes de luces y sombras increíbles!
Después de apenas una hora de camino y algo mas de 300 metros de desnivel la pendiente disminuye y en una zona cubierta por pequeños pinos viramos hacia el norte unos metros para divisar el montículo de piedras con una banderita en su cúspide que significaba la cima.
Y así llegamos a la cima del monte Arpone en el Parco regional del Col de Lys, de 1600m de altura. Hacia el norte se descubrían las montañas más altas del macizo del Gran Paradiso algunas de ellas con sus cimas cubiertas de nieve y glaciares. Tras disfrutar de unos momentos en la cima decidimos cambiar el itinerario de bajada y en vez de volver sobre nuestros pasos descendimos por la cara norte de la montaña hacia un pequeño lago que habíamos visto desde la cima y una pista que nos conduciría finalmente hasta el coche.
El descenso que se prometía sencillo no lo fue tanto ya que la cara norte de las montañas de esta zona se encuentra totalmente descompuesta en forma de miles de piedras sueltas y bloques, pese a esto fue un tramo bastante entretenido y bonito ya que conforme descendíamos nos íbamos adentrando en una zona de bosque de alerces donde encontramos varios rastros de animales, aunque no pudimos ver a ninguno.
Finalmente tras un buen rato de trepar por los bloques divisamos la pista forestal y sentimos cierto alivio, por la pista nos acercamos a ver el lago que habíamos visto desde arriba que resulto ser una balsa artificial asique volvimos a la pista y tranquilamente llegamos paseando hasta el coche aparcado en el collado.
Otra bonita ruta, menos alpina que la anterior pero por unos parajes increíbles y con una gran compañía. Asique para celebrarlo unas grafenwalder strong y a las gradas!!